8 dic 2013

the heart wants what it wants

Siempre perdoné. Perdoné mentiras, infidelidades, golpes, engaños, insultos, siempre perdoné todo. Supongo que lo hice por ¿amor? es lo más probable. Y obviamente, escondiendo todo bajo la alfombra. Para que no duela, para que desaparezca, para que sea un mal recuerdo. No sé que tan bueno es. Cada tanto aparece el fantasma del olvido a recordarme cuanto me dolió lo que ya pasó.
Años. Años tratando de dejar atrás estas cosas. Siempre reaparece el dolor. Y no sé como manejarlo. Los filos quedaron muy lejos y no encuentro un escape. Y me imagino lo bueno que hubiera sido morirme cuando pude. Así de dramática, pero si. Me hubiera ahorrado tantos llantos, tantas heridas, tantas cosas... es que enserio me emociona pensarme así, sin vida, de la misma forma que me siento cada vez que por mi cabeza reaparece el pasado, otra vez.
Y al instante, me pienso viva. Con sed de venganza, con ganas de que el karma se llevé puesto a todos, que sufran como yo, que les duela, que su vida sea tan miserable como fue la mía en aquel entonces, y que se arrepientan. Que se arrepientan con el corazón, que se sientan mal de arruinar a una persona, de matarla emocionalmente, de destruirla. Que pidan perdón, que lo griten, que le salgan de las venas, por los poros, que se le note en los ojos. Y ahí si, ahí de verdad que si. Voy a estar ahí para aceptarlo. Porque eso soy. Siempre perdono y escondo bajo la alfombra. Te perdono, hoy y aquel pasado que dolió. Soy esto. Perdón.